El firmamento estrellado nos deja anonadados cuando miramos hacia él en noches estrelladas. ¿Qué secretos se esconden detrás de todas las estrellas titilantes y los cuerpos celestes brillantes?
Sin embargo, una pregunta que interesa a los expertos no es menos intrigante: ¿qué pasa con los objetos que no podemos ver en el cielo nocturno?
La búsqueda de Planeta Nueve, también conocido como Phattie, se ha convertido en una especie de búsqueda del Santo Grial astronómico.
Aunque todo indica que este cuerpo celeste se encuentra en los confines más alejados del sistema solar, los científicos aún no han demostrado su existencia.
¿Pero por qué? ¿Por qué no podemos ver Planeta Nueve? ¿Es posible que Phattie no sea un planeta en absoluto?
ÍNDICE
Descubriendo el enigma del Planeta Nueve
El Planeta Nueve probablemente es el mayor misterio de nuestro sistema solar.
Durante varios años, los astrónomos líderes han asumido que en los rincones más remotos de nuestro sistema solar hay un planeta desconocido.
Hay muchas indicaciones que sugieren que un objeto similar a un planeta se encuentra mucho más allá de la órbita de rotación de Neptuno.
Sin embargo, si esto es realmente cierto y cuál es la verdadera estructura galáctica todavía es un misterio sin resolver.
Hasta que desentrañemos el misterio que rodea a este misterioso cuerpo celeste, simplemente lo llamaremos Planeta Nueve. Este nombre proviene del hecho de que este hipotético objeto complementaría nuestro sistema planetario con un noveno cuerpo, aunque como he comentado, también es conocido coloquialmente como Phattie.
El cuerpo celeste volvió al centro del interés científico en 2016.
En ese momento, los astrónomos estadounidenses Konstantin Batygin y Mike Brown estudiaban las órbitas de varios cuerpos celestes en la zona transneptuniana.
Los expertos notaron que los objetos observados estaban inusualmente agrupados en sus posiciones.
Esta agrupación galáctica se podría explicar mejor por la existencia de un planeta masivo cercano. La leyenda de Planeta Nueve era más relevante que nunca.
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Investigaciones clave sobre el Planeta Nueve
Se supone que este cuerpo celeste se encuentra aproximadamente 400 veces más lejos del Sol que nuestro planeta.
Los objetos transneptunianos (TNO), estudiados en esta investigación, son reliquias casi intactas de la época en que se formó nuestro sistema solar.
Estos cuerpos, compuestos principalmente de hielo y de tamaño muy pequeño, se mueven en órbitas distantes y erráticas, ubicándose habitualmente mucho más allá de Neptuno.
Sin embargo, los TNO que ahora están acaparando la atención galáctica parecen estar agrupados y afectados en sus órbitas por una fuerza invisible.
Si las teorías que rodean a Phattie se demostraran como verdaderas, representaría todo un bombazo astronómico.
Muchos expertos se emocionaron después de la publicación de los resultados de la investigación.
Por otro lado, los detractores de la nueva teoría sobre Planeta Nueve enfatizaron que los datos recolectados por Batygin y Brown podrían explicarse sin la existencia de un planeta cercano.
Brown y Batygin continúan defendiendo su teoría original. Por ejemplo, Brown afirmó que los datos recolectados por Napier también indicarían la existencia del planeta no descubierto.
La hipótesis de un planeta desconocido en nuestro sistema solar no es reciente. Desde 2006, varios científicos han especulado sobre la existencia de cuerpos celestes no observados en las regiones transneptunianas.
Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando los astrónomos Scott S. Sheppard y Chad Trujillo propusieron la existencia de un objeto distante, posiblemente un planeta, basándose en las órbitas inusuales de ciertos objetos transneptunianos extremos.
Su tamaño y características exactas siguen siendo objeto de debate, aunque algunas teorías bastante probables sugieren que podría ser un planeta del tamaño de la Tierra o mayor.
Posteriormente, los astrónomos españoles Raúl y Carlos de la Fuente Marcos expandieron esta teoría, sugiriendo la posibilidad de no solo un planeta adicional, sino de dos, en los límites exteriores de nuestro sistema solar.”
Jacques Lascar, un astrónomo francés de renombre, estudió la información recopilada durante la misión Cassini – Huygens.
Sobre la base de estos datos, el experto y su equipo pudieron delinear significativamente el área de ubicación potencial de Planeta Nueve.
Por lo tanto, el francés se esforzó mucho para asegurarse de que el viaje de la nave espacial se extendiera a medida que avanzaba la misión.
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El francés esperaba obtener más conocimiento importante sobre la ubicación de Planeta Nueve. Sin embargo, los esfuerzos del astrónomo resultaron en vano. El proyecto a gran escala se canceló el 15 de septiembre de 2017.
Todas estas teorías parten del supuesto de que Planeta Nueve es un planeta en el sentido clásico.
Sin embargo, otros investigadores espaciales ahora están planteando otra sorprendente tesis. ¿Qué pasa si la estructura galáctica en realidad no es un planeta en absoluto? ¿Qué es lo que se esconde detrás de este objeto misterioso?
¿Planeta Nueve o un agujero negro pequeño?
Por un lado, el hipotético Planeta Nueve está tan lejos del Sol que no podemos verlo con los equipos técnicos actuales.
Pero otras investigaciones de escaneo también han fallado en sacar a la luz el misterioso cuerpo celeste. Esto ha llevado a algunos astrónomos a pensar en algo completamente diferente.
¿Y si Planeta Nueve no es un planeta en absoluto, sino en realidad un agujero negro?
Según esta hipótesis, sería un agujero negro de tamaño modesto, aunque aún tendría dimensiones comparables a las de un planeta.
Tradicionalmente, se ha creído que los agujeros negros se originan de estrellas masivas al final de su ciclo de vida. Para formar un agujero negro, una estrella necesita poseer una masa significativamente grande.
Históricamente, se pensaba que los agujeros negros más pequeños debían ser al menos cinco veces más masivos que nuestro Sol.
Sin embargo, investigaciones recientes han abierto la posibilidad de que los agujeros negros se hayan formado en los primeros momentos del universo, bajo condiciones muy distintas a las actuales.
Estos, conocidos como agujeros negros primordiales, serían considerablemente menores que los que se forman en la actualidad.
Existen teorías que sugieren que estos agujeros negros primordiales podrían ser abundantes en el universo, planteando la intrigante posibilidad de que uno de ellos sea el esquivo Planeta Nueve.
El concepto de un agujero negro pequeño orbitando alrededor del Sol en las regiones más lejanas de nuestro sistema solar, a menudo referido como Planeta Nueve, es una teoría fascinante pero altamente especulativa.
El enigma de la radiación de Hawking y el Planeta Nueve
La idea se basa en parte en la teoría propuesta por Stephen Hawking en la década de 1970, que sugiere que los agujeros negros podrían emitir una forma de radiación, ahora conocida como radiación de Hawking.
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Esta radiación sería extremadamente intensa, especialmente en el caso de agujeros negros de menor masa.
En el caso de un hipotético agujero negro pequeño en nuestro sistema solar, como el propuesto Planeta Nueve, aunque la radiación de Hawking sería más intensa en comparación con agujeros negros más masivos, la detección directa desde la Tierra seguiría siendo extremadamente difícil, si no imposible, debido a la gran distancia y a la debilidad inherente de la señal.
La posibilidad de enviar una sonda espacial no tripulada para investigar de cerca este objeto es intrigante, pero se enfrenta a enormes desafíos técnicos y científicos.
Uno de los mayores obstáculos es la incertidumbre sobre la ubicación exacta de Planeta Nueve, lo que hace difícil planificar una misión espacial dirigida.
Además, la radiación de Hawking, incluso si se pudiera detectar, sería muy débil y difícil de distinguir de otros fenómenos cósmicos.
A pesar de estas dificultades, la idea de enviar una misión para explorar un posible agujero negro en nuestro sistema solar es emocionante y podría proporcionar información valiosa sobre estos enigmáticos objetos.
Aunque los agujeros negros son de los objetos más fascinantes del universo, todavía no entendemos completamente su verdadera naturaleza y funcionamiento.
Quizás la respuesta a este misterio astronómico esté más cerca de lo que nos imaginamos. Nadie sabe cuántos años más pasarán antes de que finalmente se resuelva el misterio de Planeta Nueve.