En el futuro, la superficie de la Tierra podría ser inhabitada debido a factores como el cambio climático y los desastres naturales.
Ante esta posibilidad, surge la pregunta de si los humanos podrían vivir bajo el agua.
A medida que nuestra población se expande y las condiciones terrestres se vuelven cada vez más peligrosas, la colonización del océano podría ser un paso necesario para la supervivencia de nuestra especie.
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Explorando lo desconocido
El océano cubre aproximadamente el 71% de la superficie terrestre, con aproximadamente el 80% de ese agua sin explorar.
El estudio del océano es similar a la exploración de un planeta extraterrestre, ya que no podemos respirar bajo el agua.
Dependemos de equipos especializados, como el equipo de buceo autónomo, para investigar los hábitats subacuáticos.
A medida que avanza el siglo XXI, se espera que la población humana alcance los 11 mil millones para el año 2090.
Con este crecimiento poblacional, nuestra huella ecológica también aumentará, lo que podría resultar en un clima cada vez más peligroso.
Enfrentaremos tormentas violentas, olas de calor extremo y enfermedades infecciosas que podrían afectar los ecosistemas de nuestro mundo.
Además de los problemas antropogénicos, los desastres naturales también podrían transformar la vida en la superficie de la Tierra.
Por ejemplo, erupciones volcánicas masivas podrían llenar la atmósfera con sustancias tóxicas, obligando a la humanidad a abandonar la superficie del planeta.
En este escenario, los océanos podrían convertirse en refugios submarinos para nuestras colonias.
Retos para vivir bajo el agua
Vivir bajo el agua plantea una serie de desafíos que deben ser superados para garantizar la seguridad y supervivencia de los seres humanos.
Uno de los desafíos más importantes es proporcionar un ambiente respirable.
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Mientras que en los ecosistemas terrestres podemos respirar libremente, bajo el agua necesitamos contar con un suministro constante y confiable de aire.
El control de la presión es otro aspecto crucial en cualquier hábitat oceánico.
A medida que nos sumergimos más profundo, la presión aumenta y puede causar narcosis por gas inerte. Esta condición afecta al sistema nervioso central y puede alterar nuestro juicio y causar alucinaciones similares a los efectos de una anestesia.
Otro desafío es el síndrome de descompresión, conocido como “la enfermedad de los buzos”.
Si un buzo regresa a la superficie demasiado rápido, las burbujas de nitrógeno pueden formarse en los tejidos y el torrente sanguíneo, bloqueando los vasos sanguíneos principales, causando dolor en las articulaciones y daños en los órganos internos.
Debido a estos desafíos, es poco probable que los seres humanos se establezcan en las partes más profundas del océano.
No obstante, se han propuesto conceptos radicales como rascacielos en el lecho marino, pero la presión sería una amenaza para cualquier persona que viviera allí.
Por lo tanto, una colonia a nivel de la superficie del agua sería mucho más segura, ya que habría menos riesgos de narcosis y síndrome de descompresión.
La arquitectura de las colonias submarinas
Si logramos superar todos los desafíos físicos de la vida submarina, ¿cómo sería una colonia humana bajo el agua?
En 1998, el futurista Philip Pauley diseñó una colonia submarina llamada Sub-Biosphere 2.
Este asentamiento subacuático adaptable y sostenible podría albergar de 50 a 100 personas, así como poblaciones pequeñas de animales y plantas.
La estructura consistiría en bio-domos aislados que imitarían la diversidad de nuestro entorno terrestre, como una selva tropical, un desierto y un arrecife de coral.
Otros futuristas han propuesto conceptos igualmente interesantes, como una esfera gigante bajo el agua que estaría conectada a una fábrica en el fondo marino y proporcionaría los recursos necesarios para la vida.
En la actualidad, ya contamos con la tecnología suficiente para construir hábitats submarinos, pero la autosuficiencia total sigue siendo un desafío.
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Aún dependemos demasiado de los recursos terrestres para nuestra supervivencia.
No obstante, en el futuro, podríamos adoptar un estilo de vida híbrido, habitando regiones inexploradas del océano estacionalmente para evitar condiciones climáticas peligrosas.
Para que esto sea posible, se requerirá una inversión significativa en investigación y desarrollo.
En la actualidad, la atención se centra principalmente en explorar el espacio en busca de un nuevo hogar, pero el futuro de la humanidad podría estar esperando bajo el agua.