Cuando pensamos en entornos extremos y peligrosos, el espacio exterior suele ser lo primero que viene a la mente.
La vastedad del cosmos, con su vacío, su frío y sus múltiples amenazas, es sin duda un lugar inhóspito.
Sin embargo, aquí mismo, en nuestro planeta, existe un dominio que puede ser igualmente desafiante y misterioso: el océano.
Aunque estamos acostumbrados a contemplar su superficie y disfrutar de sus playas, las profundidades oceánicas esconden secretos y peligros que rivalizan con los desafíos del espacio.
¿Pero es realmente el espacio más peligroso que el oceano? Exploremos las sorprendentes similitudes y diferencias entre estos dos vastos y enigmáticos mundos.
ÍNDICE
Los agujeros negros en el océano: Los Eddies
¿Sabías que existe algo parecido a los agujeros negros en el océano?
También conocidos como Eddies o remolinos oceánicos, estos “agujeros negros” oceánicos guardan algunas similitudes, aunque un tanto metafóricas, con los que vemos en el espacio.
Son remolinos tan poderosos que nada puede escapar de su atracción.
Lo que los hace aún más impresionantes es su tamaño: son masivos, algunos miden hasta 150 kilómetros de diámetro.
Se crean a través de una mezcla de agua a diferentes temperaturas, viento y la rotación de la Tierra, y una vez creados, pueden durar meses o años.
Obviamente, no son “agujeros negros” en el sentido literal o científico de la palabra.
Pero no todo es tan terrorífico en los Eddies.
Estos fascinantes remolinos oceánicos desempeñan un papel vital en la regulación del clima y los ecosistemas marinos.
Al redistribuir el calor y los nutrientes a lo largo de los océanos, los Eddies influyen en los patrones climáticos y proporcionan recursos esenciales a las criaturas del mar.
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Los organismos, desde pequeños hasta grandes, pueden quedar atrapados en estos remolinos, siendo transportados a través de vastas extensiones de agua, algo que puede beneficiar o desplazar a las especies dependiendo de las circunstancias.
El terrorífico mundo marino
Aunque no lo parezca, el océano es un lugar que puede ser más aterrador que el cosmos.
Por ejemplo, a diferencia de nuestro sistema solar, el océano está lleno de vida terrorífica.
Desde criaturas tan simples como tiburones y orcas asesinas hasta pulpos rojos y gusanos probóscidos de apariencia más perturbadora, muchas de ellas son peligrosas y no dudarían en iniciar una pelea.
El océano de la Tierra puede ser más misterioso que partes del espacio.
Por ejemplo, no sabemos realmente cómo es el fondo de nuestros océanos y es posible que sepamos más sobre la superficie de Marte y la luna.
Sin embargo, la NASA está buscando cambiar eso.
Poco a poco están mapeando el fondo oceánico, lo que podría darnos pistas sobre cómo son los océanos en otros planetas.
También ayuda a la NASA a probar equipo que se utilizará en futuras misiones espaciales.
El espacio exterior y nuestro océano son más similares de lo que pensamos.
Ambos tienen altas presiones, falta de aire respirable y temperaturas extremas.
Pero lo que hace que el océano sea más aterrador es que está repleto de vida que puede atacarte y matarte.
En el espacio, este te está matando de manera pasiva, pero en el océano, está haciendo todo lo posible para matarte.
Los peligros del espacio y el océano
El espacio tiene cosas aterradoras que pueden atacarnos, como las erupciones solares y las enormes explosiones del sol que arrojan energía luminosa y partículas de alta velocidad al espacio.
Una llamarada solar masiva que golpee la Tierra podría desactivar todos nuestros dispositivos electrónicos y enviarnos de regreso a la Edad de Piedra.
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Aunque las probabilidades de que eso suceda no son insignificantes, la mayoría de las veces simplemente rebotan en nuestra capa de ozono.
Pero ¿sabes qué no es tan raro? Los huracanes.
Estos poderosos eventos climáticos se forman sobre el océano y, si llegan a la costa, pueden traer vientos extremadamente fuertes e intensas lluvias que pueden dejar pueblos enteros inundados y devastados. Y no son los únicos eventos devastadores que provienen del océano.
Los tsunamis son mucho más aterradores.
Estas enormes olas pueden superar los 30 metros de altura y una vez que llegan a la costa, son increíblemente peligrosas.
Pueden causar inundaciones severas y destruir todo a su paso como el tsunami del Océano Índico de 2004 que mató a 225,000 personas.
Los peligros de perderse
La inmensidad del espacio, con su vastedad y vacío, podría parecer el lugar más aterrador para perderse.
Sin embargo, contamos con tecnología avanzada y protocolos de seguridad que garantizan que, en las misiones espaciales, los astronautas estén constantemente monitoreados y guiados, haciendo prácticamente imposible que alguien se extravíe en el cosmos.
Por otro lado, el océano, con su majestuosidad y misterio, ofrece un tipo diferente de amenaza.
A pesar de estar en nuestro propio planeta, el mar es un lugar donde la desorientación puede suceder en un abrir y cerrar de ojos.
Incluso los nadadores más experimentados pueden ser arrastrados por corrientes traicioneras o desorientados por la falta de puntos de referencia visibles, llevándolos a adentrarse más de lo que pensaban.
El vasto océano ha sido escenario de innumerables tragedias: naufragios, barcos perdidos y marineros desaparecidos, sumando más de 3 millones de accidentes registrados.
Estas historias subrayan la cruda realidad de que, a veces, lo familiar y cercano puede ser más impredecible y peligroso que el lejano espacio exterior.
Los peligros del rayo en el océano
Mientras que en el vasto y desolado vacío del espacio no existe el concepto de “clima” tal y como lo conocemos, en la Tierra, el océano es el epicentro de fenómenos meteorológicos potencialmente mortales.
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En especial, el rayo es un fenómeno que, aunque pueda parecer distante para muchos, se manifiesta con una fuerza devastadora sobre la superficie acuática.
La vastedad del océano, con su capacidad para conducir electricidad, lo convierte en un blanco preferente para estos impactos eléctricos.
Y cuando un rayo impacta las aguas, su energía puede disiparse en un radio de hasta 100 metros, poniendo en riesgo a todo lo que se encuentre en sus cercanías, ya sean embarcaciones, nadadores o criaturas marinas.
La magnitud y la rapidez con la que esto sucede resalta la imprevisibilidad y el poder del océano, y nos recuerda la necesidad de respetar y comprender este vasto dominio.
Las peligrosas bacterias del océano
Los vastos mares y océanos de nuestro planeta, con su inmensa biodiversidad, también albergan microorganismos que pueden ser perjudiciales para los seres humanos.
Entre estas amenazas microscópicas, una bacteria en particular ha causado alarma en los últimos años: la bacteria devoradora de carne, predominantemente encontrada en las cálidas aguas del Golfo de México.
Aunque el nombre puede parecer algo sacado de una película de terror, su impacto en la realidad es igual de aterrador.
Los nadadores, en particular aquellos con heridas o cortes, son vulnerables a esta bacteria, que puede invadir el cuerpo y causar graves infecciones, manifestadas en dolorosas úlceras cutáneas.
Si bien el tratamiento temprano con antibióticos puede ser efectivo, en ocasiones, si la infección se descontrola, las consecuencias pueden ser tan drásticas como la amputación de extremidades para salvar la vida del paciente.
Mientras el espacio exterior nos presenta desafíos y peligros relacionados con la física y la falta de atmósfera, el océano nos recuerda que las amenazas biológicas, aunque pequeñas, pueden ser igualmente letales.
La basura en el oceano y en el espacio
En el espacio, hay una tonelada de desechos conocidos como basura espacial.
Si bien existe cierta preocupación acerca de que los desechos hagan que los viajes espaciales sean peligrosos, no es tan preocupante como toda la basura que tenemos flotando en el océano.
En el Océano Pacífico Norte hay una isla masiva de desechos conocida como la Gran Mancha de Basura del Pacífico.
Está compuesto principalmente de plásticos, lo que lo hace casi imposible de descomponer.
Como resultado, está dañando la vida marina y podría destruir ecosistemas enteros.
En el espacio, las agencias espaciales supervisan de cerca los desechos y están constantemente buscando formas de mitigar el problema.
Pero en el océano, el problema sigue empeorando y pasarán mucho tiempo antes de que mejore.
Y hasta aquí esta pequeña comparación entre 2 mundos tan fascinantes como peligrosos. Después de leer este artículo, ¿qué opinas? ¿Es más peligroso el oceano que el espacio?